CONSEJOS PARA MANEJAR MOTO

Si la accidentalidad de los motociclistas se debe en gran parte a su falta de pericia, formar sus capacidades es parte de la respuesta.

Por su reiterativa aparición en medios y constante evidencia en las calles, la accidentalidad de los motociclistas está más que probada como un problema serio de la ciudad que surge de unos cursos de conducción cuya exigencia (cuando no hay evasión) deja mucho que desear.

Aunque poco a poco se vislumbran cambios, como la anunciada entrada en vigencia de los nuevos y más exigentes cursos o las capacitaciones realizadas a empresas que cuentan con motociclistas dentro de su equipo de trabajo, aún hay mucho camino por recorrer (tanto en habilidades como en cultura y sentido común) y hasta que no haya un verdadero y serio impulso gubernamental, las únicas opciones que tienen aquellos motociclistas que quieren mejorar sus capacidades al volante son los cursos ofrecidos por organizaciones y escuelas independientes.

Una de ellas es Ride Pro, cuyos instructores profesionales regularmente dictan cursos de distintos niveles en la pista del Autódromo de Tocancipá (no porque se centren en técnicas de carreras sino para contar con un espacio seguro). Asistimos a uno de ellos para conocerlo de primera mano y de paso afianzar y ampliar nuestras capacidades en dos ruedas.

A continuación están algunas de las lecciones que deberían ponerse en práctica siempre que se conduzca moto, buscando ‘rodar’ lo más seguros posible. Asistimos al curso de Ride Pro en una Kawasaki Z900 gracias a una invitación de Auteco y Ride Pro.

Mirada

Tal vez lo más importante al conducir una moto es la mirada. ¿Qué quiere decir esto? Proyectarla, enfocarse en lo que está pasando más adelante y no justo enfrente de la moto, pues si la atención se centra en eso es muy fácil no anticiparse al semáforo que cambió, al vehículo que frenó, al peatón que va a cruzar, el hueco que está esperando, la curva que está llegando, etc. Además, al tomar una curva, enfocar la mirada hacia donde se quiere ir dirigirá la moto hacia ese punto. Si miran la salida de la curva, por allí pasarán; si miran el potrero…

Posición de manejo

Varias cosas. En primera instancia es importante no estar tenso, sino lo más relajado posible; la tensión no es sinónimo de ir mejor acomodado, pues eso solo acelera el desgaste y el cansancio. La moto se debe ‘apretar’ fuerte del tanque con las piernas y tirar un poco del manillar únicamente cuando se pasa por un bache o desnivel que amenaza con tumbarla; esto ayudará a equilibrarla nuevamente. A baja velocidad se puede mantener el equilibrio, sin apoyar los pies en el piso, inclinando un poco el tronco hacia el lado contrario hacia donde gira la moto, al tiempo que se ‘juega’ con el acelerador y el embrague.

Por otro lado, el tronco siempre debe estar alineado con la línea central de la moto, incluso en curvas, y los pies deben apoyarse en los posapiés en la posición más retrasada posible para evitar accionar el freno trasero o palanca de cambio de forma involuntaria.

Capacidad de reacción

Si se tiene una mirada ‘eficiente’, cuando llegue el momento se podrá tener una mejor capacidad de reacción, es decir, la demora que hay entre darse cuenta que hay que frenar y la acción como tal. Una gran cantidad de accidentes ocurren porque la capacidad de reacción es mínima, por ejemplo porque iba más rápido de lo que debería; o nula, que es cuando la impericia sale a flote y simplemente no hay una reacción más allá de “soltarse” e incluso cerrar los ojos.

Capacidad de frenado

Luego de reaccionar ante el imprevisto llega el momento de aplicar la capacidad de frenado, es decir, qué tan bien se frena. Las motos tienen dos frenos, el delantero, que aporta el 70 por ciento de la fuerza de frenado, y el trasero, que aporta el 30 por ciento restante. Así como seguramente todos saben perfectamente cuál es la máxima velocidad que han alcanzado, igual de claro deberían tener la distancia que necesitarán para frenar. En motos sin ABS es aún más importante conocer a fondo el tacto de los frenos para evitar bloqueos de rueda que podrían llevar a una pérdida de control y todo lo que esto conlleva.

Un error común es aplicar únicamente el freno delantero en vez de ambos, lo cual no solo reduce la capacidad de frenado, sino que puede inducir a que la rueda trasera se levante y se termine de perder el control.